miércoles, 24 de abril de 2013

Eros y Tánatos

Mientra escucho la dulce voz de una cantante de jazz (Karen Souza), leo sobre la posible ejecución de un hombre que mató a un policía en Estados Unidos de América.
Karen Souza
Escribo esto porque curiosamente la mujer jazzista canta en inglés y habla de amor, de vida, de erotismo, en contraste con lo que estoy leyendo. 
Preferiría no leer, pero es mi trabajo.

martes, 23 de abril de 2013

De Agamben


Benjamin sustituye el presente anonadado de la tradición metafísica por "un presente que no es pasaje, sino que se mantiene inmóvil sobre el umbral del tiempo". A la idea de un progreso de la especie humana en la historia, propia de la socialdemocracia y el historicismo, que es "inseparable de la marcha a través de un tiempo homogéneo y vacío", le contrapone "la conciencia revolucionaria que hace saltar el continuum de la historia". Al instante vacío y cuantificado, le opone un "tiempo-ahora" (Jetzt-Zeit), entendido como detención mesiánica del acaecer, que "reúne en una grandiosa abreviatura la historia de la humanidad". Y en nombre de ese "tiempo pleno", que es "el verdadero lugar de construcción de la historia", frente al pacto germano-soviético, Benjamin establece su lúcida crítica de las causas que condujeron a la catástrofe a las izquierdas europeas en la primera posguerra. El tiempo mesiánico del judaísmo, "en el cual cada segundo era la pequeña puerta por donde podía entrar el mesías", se vuelve así el modelo de una concepción de la historia "que evite toda complicidad con aquella a la que se siguen ateniendo los políticos".

Páginas 150 y 151 de Infancia e historia, de Giorgio Agamben.

Un verdadero materialista histórico no es aquel que persigue a lo largo del tiempo lineal infinito un vacuo espejismo de progreso continuo, sino aquel que en todo momento está en condiciones de detener el tiempo porque conserva el recuerdo de que la patria original del hombre es el placer.

Páginas 154 y 155 de Infancia e historia, de Giorgio Agamben.