martes, 24 de noviembre de 2009

Supongo

Supongo que a esta hora alguien, en algún lugar del mundo, sueña, despierto o dormido, pero siempre con una esperanza, aunque sea simple, por ejemplo, que es poeta y de verdad puede volar, aunque

Parece que lo dicho o escrito ya no corresponde a lo que existe, independientemente de que sea abstracto o concreto.
Cualquier cosa comunicada puede interpretarse de acuerdo con varios aspectos: quién lo dice, por cuales medios, en qué momento; a su vez, cada uno de éstos dependería de otros contextos. En el primer factor, la veracidad o dirección de lo dicho dependerá de si lo dice por encargo –si le pagan por decirlo o gana alguna posición al hacerlo–, si forma parte de su ideología y de sus principios, qué gestos expone al decirlo, así como el estado de ánimo por el que está pasando en ese momento. En cuanto al segundo factor, si lo dice en público, como parte de un estudio o como expresión artística. El tercero si es durante una ceremonia, un acto político, o una entrevista.

El lenguaje no es otra cosa que la práctica de la imaginación, o de la intuición cuando es posible convertirla en símbolo.

La imaginación se refiere a la creación humana a partir de los temores o las esperanzas, lo cual se expresa a través de símbolos. El lenguaje nunca dará cuenta por completo de aquello que se experimenta anímicamente, pues no siempre es posible expresarlo.

De ahí, como ocurre en el momento en que escribo esto, sea una tautología querer explicar la cosa con lo mismo que ha sido creada.

martes, 10 de marzo de 2009

Acerca de la existencia de de Dios

Empecé a leer el número de marzo de la revista Letras Libres y me surgió una duda:

¿Es pertinente preguntarse sobre la existencia o no de dios?

Sólo le veo pertinencia como una forma de explicación del origen del universo.

No considero válido preguntarse sobre la existencia de Dios como una manera de justificar los actos de toda la humanidad o de un individuo, pues como afirma Giovanni Pico della Mirandola, al hombre “le ha sido concedido el obtener lo que desee, ser lo que quiera”.

Si no creo en la existencia de Dios, para qué me ocupo en convencer a otros de ello.

Si creo en la existencia de Dios, también considero que eso es un asunto personal.

Pero lo más seguro es que Dios no exista, porque no se trata de una entidad, está por encima de los conceptos de existencia o de inexistencia; si respondiera a esos dos ámbitos, caería dentro del dominio de todo aquello que no es Dios.

Si alguien quiere ayudarme a responder esa pregunta, lo agradecería, pues no doy más que lo anotado arriba.


lunes, 2 de marzo de 2009


Acabo de leer una columna de Juan Domingo Argüelles (en La Jornada Semanal sobre la bondad de los hombres y los malos poemas de algunos o sobre la moral y la literatura, y concuerdo con él, es cierto que la estética no tiene que ver con la moral del escritor; sin embargo, es preferible un buen hombre y un mal poema, y todavía mejor un buen poema de un buen hombre, que un buen poema de un mal hombre; lo que me preocupa es qué puede hacerse con un mediocre como yo, es decir, ni siquiera malísima persona, y pésimo poeta. Me da tanta pena que no puedo aguantar la risa para distraerla.

Si no soy pésimo poeta, juzguen ustedes

Si no estuvieras conmigo
Volvería a las cantinas
A dormir en cuartos grises
A caminar con los gatos
Sobre las estelas
A la orilla del precipicio
A recorrer las calles podridas
Sobre el olor de la noche
Para esperarte donde comienza el día