jueves, 25 de julio de 2019

Confusión

Pensé que eran mis ideas
Al girar
Las que hacían ruido sobre mi cabeza
Pero no
Era la propela del barco
Soy tan cabeza dura
Que las hélices se se rompieron
De cualquier modo
De mi testa algo hermoso brotó
Dibujos rojos diluidos en la sal del mar






jueves, 16 de febrero de 2017

A quién le importa

Acabo de leer otros dos blogs y las entradas de ellos son tan insulsas como las mías.
¿A quién  le importa si soy o no?
Creo que ni siquiera a mí

En estos tiempos

En este tiempo de la humanidad ya deberíamos saber qué pasa con la existencia y no hacernos falsas expectativas, pues tenemos pleno conocimiento de que en algún momento alguien va a torcer cualquier posibilidad de que haya plena paz y concordia.
A pesar de todos los esfuerzos y las razones para que haya armonía, siempre hay alguién o algo que tira todo, que echa a la basura el esfuerzo de muchos.
Por eso es mejor tirarse al placer, pero ni siquiera éste está garantizado.
Puedo poner cientos de ejemplos sobre lo que estoy escribiendo, pero sería muy aburrido e inutil, como inútil es que escriba ahora esto, a propósito de Nobleza de espíritu, de Rob Riemen.

miércoles, 6 de mayo de 2015

La física cuántica y Hegel


Me sorprendió, al empezar a leer la Fenomenología del espíritu, encontrar el siguiente párrafo


"En efecto, si el conocimiento es el instrumento para apoderarse de la
esencia absoluta, inmediatamente se advierte que la aplicación de un instrumento a una cosa no deja a ésta tal y como ella es para sí, sino que la modela y altera. Y sí el conocimiento no es un instrumento de nuestra actividad, sino, en cierto modo, un médium pasivo a través del cual llega a nosotros la luz de la verdad, no recibiremos ésta tampoco tal y como es en sí, sino tal y como es a través de este médium y en él. "

Lo cual, si no me equivoco, coincide con la modificación que causa la observación en la física cuántica

lunes, 23 de marzo de 2015

Mandala

Las cosas sólo son la huella del camino recorrido

viernes, 28 de marzo de 2014

Motivos

Para escribir es necesario tener una terrible necesidad de hacerlo, independientemente del asunto de que se trate.

jueves, 8 de agosto de 2013

Hace mucho

Hoy una twittera me hizo recordar dos líneas tristes, muy tristes

Las hojas crujen bajo mis pasos
Mi corazón bajo tu ausencia

viernes, 7 de junio de 2013

Hoy fue mi primera lección, pero no entré a clases. Necesito aprender, sobre todo aprender a nadar. Hasta ahora voy de muertito, pero debo nadar en estilo libre.

miércoles, 24 de abril de 2013

Eros y Tánatos

Mientra escucho la dulce voz de una cantante de jazz (Karen Souza), leo sobre la posible ejecución de un hombre que mató a un policía en Estados Unidos de América.
Karen Souza
Escribo esto porque curiosamente la mujer jazzista canta en inglés y habla de amor, de vida, de erotismo, en contraste con lo que estoy leyendo. 
Preferiría no leer, pero es mi trabajo.

martes, 23 de abril de 2013

De Agamben


Benjamin sustituye el presente anonadado de la tradición metafísica por "un presente que no es pasaje, sino que se mantiene inmóvil sobre el umbral del tiempo". A la idea de un progreso de la especie humana en la historia, propia de la socialdemocracia y el historicismo, que es "inseparable de la marcha a través de un tiempo homogéneo y vacío", le contrapone "la conciencia revolucionaria que hace saltar el continuum de la historia". Al instante vacío y cuantificado, le opone un "tiempo-ahora" (Jetzt-Zeit), entendido como detención mesiánica del acaecer, que "reúne en una grandiosa abreviatura la historia de la humanidad". Y en nombre de ese "tiempo pleno", que es "el verdadero lugar de construcción de la historia", frente al pacto germano-soviético, Benjamin establece su lúcida crítica de las causas que condujeron a la catástrofe a las izquierdas europeas en la primera posguerra. El tiempo mesiánico del judaísmo, "en el cual cada segundo era la pequeña puerta por donde podía entrar el mesías", se vuelve así el modelo de una concepción de la historia "que evite toda complicidad con aquella a la que se siguen ateniendo los políticos".

Páginas 150 y 151 de Infancia e historia, de Giorgio Agamben.

Un verdadero materialista histórico no es aquel que persigue a lo largo del tiempo lineal infinito un vacuo espejismo de progreso continuo, sino aquel que en todo momento está en condiciones de detener el tiempo porque conserva el recuerdo de que la patria original del hombre es el placer.

Páginas 154 y 155 de Infancia e historia, de Giorgio Agamben.